Miguel Soler
Tras una larga carrera como Director Creativo y diseñador, fundé Solo Guitars en 2015 para aunar todas mis pasiones: el diseño de producto, el marketing y la construcción de guitarras. Por primera vez, todas esas disciplinas confluían para crear una marca y un producto propios.
Mi formación como «guitarrero» ha sido completamente autodidacta; trabajando desde la intuición, aprendiendo de los mejores luthiers que han transmitido todo su buen hacer en numerosos libros o a través de escuelas online como la de Carlos Busquiel. También he aprovechado la inmensa generosidad de todos los constructores de instrumentos que, día tras día, comparten sus secretos el las redes sociales. Pero, sobre todo, trabajando con ingenuidad, curiosidad e ilusión como ingredientes fundamentales para poder innovar.
Con Solo Guitars, además de adentrarme en una experiencia personal de gran riqueza que conjuga tecnología con artesanía, pretendo recorrer un camino en constante evolución para ofrecer un instrumento diferente, honesto y sostenible.
Javier de Bona
Ingeniero aeronáutico de formación, fotógrafo y videógrafo de profesión, desarrollé el gusto de mis dos grandes pasiones en la adolescencia: la guitarra y la fotografía. En realidad son mundos pasionales porque el sustantivo que etiqueta esas pasiones encierra un universo en él.
La guitarra es la cabeza de cartel del mundo de la música, de la acústica, de la alta fidelidad, de las buenas letras, de las metáforas, de la armonía, el ritmo, la melodía, de las sensaciones y de los sentimientos. La fotografía trae de la mano el vídeo, la emulsión química, las respuestas logarítmicas de los sentidos, el equilibrio visual, la estética, la arquitectura, el diseño, la tipografía y el buen gusto. Y por supuesto la intersección de estos universos es un conjunto muy lleno.
Mi cultura “guitarrera” se arraiga con la lectura de “La Guitarra Española” de José Villar Rodríguez pero, sobretodo, con la construcción de su primera guitarra en 2012, gracias a José Antonio Cerezo y Arturo Sanzano, en la escuela-taller Glissando, en Madrid.